viernes, 6 de mayo de 2016


LOS CELIACOS 


La enfermedad celíaca (EC) es un proceso frecuente (1-2% de la población general a nivel mundial) de naturaleza autoimmune, que afecta a individuos genéticamente predispuestos, inducido por la ingesta de gluten, un conjunto de proteínas contenidas en la harina de diversos cereales, fundamentalmente el trigo, pero además el centeno, la cebada y la avena. Es actualmente considerada no solo como una enfermedad digestiva, sino también sistémica, presentando síntomas muy diversos, con diferentes procesos patológicos asociados. La transglutaminasa tisular es un método serológico muy empleado, pero presenta una baja sensibilidad diagnóstica, especialmente en adultos. Los hallazgos de la biopsia duodenal siguen siendo considerados hasta la actualidad como el “patrón oro”, pero su interpretación es compleja, presentado frecuentes limitaciones. El único tratamiento actualmente disponible consiste en la dieta sin gluten que debe ser mantenida de forma estricta. Se están estudiando nuevos posibles tratamientos farmacológicos, que actualmente están en fase pre-clinica o experimental.
Diagnóstico
 El diagnóstico de la enfermedad celíaca sólo se puede confirmar si se demuestra la presencia de una lesión típica en la mucosa de intestino delgado, lesión que mejora hasta prácticamente desaparecer si se elimina el gluten de la dieta. La muestra se obtiene mediante una endoscopia, y más raramente con una cápsula de biopsia peroral. Sin embargo, el clínico dispone de más herramientas que son extraordinariamente útiles y que vamos a considerar de forma práctica.
Tratamiento
La parte esencial del tratamiento es eliminar el gluten de la dieta, es decir eliminar aquellos alimentos que contengan trigo, cebada o centeno. En la práctica, conviene eliminar también los productos con avena, porque muchas veces están contaminados con trigo, aunque se ha demostrado que la avena por sí misma no es lesiva.
Este primer párrafo es aparentemente muy simple.
Sin embargo, el trigo se utiliza de forma ubicua en la industria alimentaria, como nutriente, como espesante, o incluso como adhesivo: una dieta sin gluten no equivale a eliminar el pan de la dieta.
 Cualquier médico práctico debería hacer el ejercicio de intentar ajustarse a una dieta sin gluten durante 24 horas: es difícil y caro. Se suele mencionar en los textos la importancia del dietista en este punto. En la realidad española, lo más importante es poner en contacto al paciente con la asociación 23. Enfemedad celíaca (sensibilidad al gluten) 339 de pacientes más cercana. Gracias al esfuerzo voluntario de muchos afectados, las asociaciones de pacientes disponen de la experiencia y los recursos realmente útiles para el paciente (y su familia).
Por supuesto, la tecnología facilita también el acceso a la información en esta área, y gran parte de los recursos están disponibles de forma gratuita en la red. Una dirección especialmente útil para los pacientes es www.celiacos.org. En los primeros meses del tratamiento puede ser necesario suprimir la lactosa, y añadir suplementos de hierro, calcio y vitaminas.
 La dieta sin gluten normaliza hasta tal punto la situación del paciente, que las diferencias con la población no celíaca tienden a desaparecer: así, por ejemplo, la enfermedad se asocia con problemas en el desarrollo fetal, que no se pueden demostrar en las pacientes que llevan correctamente la dieta sin gluten.
 El papel del médico no acaba con el diagnóstico y el tratamiento del caso individual y la recomendación del estudio de todos los familiares de primer grado. Además, debe ser un agente socialmente activo promoviendo el conocimiento de la enfermedad, y presionando a la administración para que se avance en la legislación para el etiquetado correcto de los productos, la regulación de la disponibilidad de dietas sin gluten en comedores escolares, medios de trasporte, restaurantes; además de apoyar a las asociaciones de pacientes en su trabajo y su labor social.

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